Ruta fuera de la programación del club, de las llamadas salidas de engorde, vamos, que poco de andar y un buen almuerzo en grata compañía. Nada más que pedir.

El objetivo era llegar a almorzar al chozo que antes llamábamos de Peranava, por la zona en la que se encuentra, y del que ya sabemos el verdadero nombre: El Chozo del Prao del Toro.

Este refugio recientemente construído por la Junta Vecinal y vecinos de Brañosera, está en fantásticas condiciones para realizar este tipo de actividades. Ahora sí, desde aquí hacemos una llamada a todo aquel que lo use para que lo deje limpio, se lleve la basura, y no deje la chimenea sin leña. La buena conservación de estos refugios es fundamental para poder seguir usándolos.

Llegamos hasta el chozo por la pista del Calero de Brañosera, y bajamos hasta la Aceña, volvimos a cruzar el Rubagón y regresamos a Barruelo por la Mata del Fraile.

Salidas que se preparan casi al azar y que dejan buen sabor de boca.